¿Qué significa esto? En resumidas cuentas, que Estados Unidos se unió al bando de países pidiendo que, por un tiempo limitado, las patentes de vacunas y tratamientos de COVID-19 no sean válidas. Esto permitiría que compañías como BioNtech, Moderna, u otras no puedan excluir a otros de producir sus vacunas.
Esta propuesta surge porque muchos países no están utilizando su industria biofarmacéutica para producir vacunas, ya que existen barreras legales de propiedad intelectual y patentes. En teoría, esto levantaría esos obstáculos, permitiendo que se manufacturen suficientes vacunas para acabar con la pandemia. Aunque países como Estados Unidos tienen el poder de obligar a sus compañías a producir estas vacunas, un esfuerzo a nivel internacional permitiría que países mas necesitados puedan producir la vacuna dentro de sus bordes políticos. Vale aclarar que esta noticia no significa que estas vacunas no vayan a ser patentadas o que las patentes que surjan sean completamente invalidadas. Ahora mismo no existe un consenso internacional para determinar de qué manera impondrían estas restricciones. En las próximas semanas continuarán las conversaciones internacionales, lo que determinará si se impondrán estas limitaciones y de qué manera serían limitadas estas patentes.
La organización que tomaría la decisión de levantar las protecciones de patentes es la Organización de Comercio Global (WTO por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO por sus siglas en inglés). Estos tratados tienen la responsabilidad de determinar estándares de comercio internacional y tienen el poder de tomar estas decisiones.
